Una noche confundí la luz de la lámpara con el cielo.
Fue la misma noche en la que te desnudé, en el sillón de mi casa.
Todavía tengo el sabor agridulce de tu boca, y veo ese temor, esa admiración reverencial en tus ojos.
Fui tu diosa por unas horas.
¡Nunka había sentido algo así! ese fanatismo...
Vos decías que yo era como un abismo.
Y yo reía.Para mi siempre fuiste tierno, interesante.Enigmático, adictivo.
Te nombro mi maestro,y desde hoy en adelante, voy a olvidar lo extrañamente feliz que me sentía con vos.
Te nombro mi maestro.
Será un amor platónico.
Sin erotismo.
Sin contacto.
Simple.
Triste.
Como la verdad de nuestra situación.
¡Aprendí tanto,decano libertario!.
Espero haberte enseñado algo.